Sunday, May 16, 2010

De esto y de aquello...

Muchos besos

─Papá, papacito,
¿Qué me traes de mañana?
─Te traeré un corderito
para que tejas con lana.

─Papá, papacito,
¿Qué me traes por la tarde?
─Te traeré un angelito
para que el sueño te guarde.

─Papá, papacito,
¿Qué me traes esta noche?
─Te traeré un caballito
para que te lleve en coche.

─ Papacito, hablo en serio,
¿Qué me traes de regreso?
─¿De verdad? Es un misterio...
y, pues, claro, ¡muchos besos!


Redondilla del abuelo

La oficina de mi abuelo
es el más perfecto lío.
La abuela dice ¡Dios mío!
Para mí, en cambio, es un cielo.

Colgados tras de la puerta
Tiene sus quince sombreros
De bombero o de guerrero
Para jugar me los presta.
En las cajas hay tornillos
y viejas diapositivas
y hasta una araña viva
debajo de algún martillo.

También tiene en un armario
un cementerio de anteojos
que me miran de reojo
como extraplanetarios.
En un gran globo del mundo
que esta siempre empolvado
yo vuelo a todos lados
en su falda, en un segundo.

En los secretos cajones,
mezclada con mis juguetes,
hay crema de cacahuete
para trampas de ratones.
Hay hojas llenas de versos,
que creo que son poemas
de muy difíciles temas
del Alma y el Universo.

Hay ruedas de bicicleta,
una alfombra carcomida
y algún resto de comida
debajo de las chancletas.
Y sus libros bienamados
del filósofo Platón
se apoyan en un tazón
de algún café olvidado.

La abuela dice “¡qué inmundo!”
Y el abuelo dice “¡Paciencia!
Que en el orden no hay ciencia
ni tampoco saber profundo.”
Yo, como soy chiquito,
les doy a los dos la razón,
y el amor de mi corazón
que llega hasta el infinito.

Inventos de varón

A mi hermano le regalan
un tren largo y un avión,
y a mí creen que me engañan
con collares y un bombón.

Si a él le dan un arco y flecha
y hasta un destornillador,
yo no quedo satisfecha
con un hilo y bastidor.

“Que las niñas quieren trapos”
“Que los niños, un motor”
“A las niñas” ¡qué sopapo!
“un dedal y un tocador”.

Así piensan los compadres,
los maestros y el doctor,
y hasta el cura, digo, Padre
y hasta el juez y el profesor.

Espérense a que sea grande
y me compre un tambor:
¡Van a verme por las calles
denunciando tal error!

¡Qué se piensan! ¿Somos tontas,
que nos mandan a un rincón?
¡Esas cosas son afrontas!
¡Son inventos de un varón!


Mi gata andariega


Se escapó Fofiña, mi gata ¡De nuevo!
Le digo ¿qué buscas, en noche de truenos?
¿En plena intemperie, en tiempo de lluvia,
de frío, de viento que sopla con furia?

¿Qué haces, mi amor, mi gatita insensata?
¡Ya están en su nido ratones y ratas!
¡Ven, que te mimo y te pongo un lazo!
¡Ven, que te peino y la panza te rasco!

Pero ella se fue, quién sabe a qué andanzas,
saltando en las ramas, quién sabe en que danzas.
Y yo estoy aquí, sin pegar un ojo,
rodando en la cama como el trompo rojo.

Mamá no me deja abrir la ventana.
Y yo la imagino todita mojada...
Mamá no me deja dejarla abierta
en caso de que ella de andar se arrepienta.

¿Estará mi amor buscando la entrada,
temblando de frío y desarropada?
¡Ay! Me preocupa que esté estornudando,
o los bigotitos se le estén helando!

Aunque yo sea su madre postiza,
La amo como ama una madre a su hija.
Ella allá afuera, todita mojada,
y yo aquí en la cama, ¡tan preocupada!

Pero algo me dice: esta gata andariega
anda a sus anchas. Y yo aquí ¡despierta!
¿Estará enamorada, tal vez, de la Aurora?
¿O de un gato vecino, aquel bello de angora?

Me pongo un chaleco y ahora mismo salto.
¡La ventana está a sólo a un metro de alto!
¡Uno, dos, tres, y ya caí de pie!
A ver mi Fofiña... ¡Déjese ver!

Pasa un minuto, o quince, no sé.
Mi reloj a esta hora, pues... anda al revés.
Entre el ramaje, en la noche oscura
¡algo se agita! no estoy muy segura.

Miauuu miauuu .... mieuuu mieuuu...
Venga, Fofina ¡Déjese ver!
De pronto una sombra, en un pino mudo,
dibuja una cola peluda en el muro.

Dos verdes luceros se encienden y apagan
¡Y ahí está mi gata, contenta y ufana!
Le caigo encima y la oreja le agarro.
¡Y ya está conmigo y del collar la amarro!

Trepamos a un árbol que da a la ventana,
y con ella en mis brazos, salto a la cama.
Y sin más un mimo, y sin discutir,
la meto en la cama y la hago dormir.

¡Ay mi Fofinha, no te escapes más,
que para ajetreos ya no tengo edad!

Al ritmo de las Américas

I

Los cuerdas

Diez cuerdas tiene el charango,
que viene del armadillo,
animal algo zanguango
y de espinas, como un rastrillo.

El cuatro de Puerto Rico.
se llama también vihuela;
lo tocan grandes y chicos
de México a Venezuela.

Para bailar el jarocho,
la leona y la jarana
son instrumentos muy propios
de la tierra mexicana.

Con cuerda y coco en un arco,
para danzar capoeira
armamos un birimbao
en la tierra brasileira.

Bailamos la contradanza
con el arpa guaraní
en la selva Paraguaya,
bella tierra del Ibí.

Quédese aquí compañero,
que hoy tenemos casamiento.
¡No sea pájaro agorero,
y temple su instrumento!


II

¡Bailes de mucho rango!


En Colombia bailan cumbia,
al compás del raca-raca.
Escucha bien las marimbas
¡Mira que hacen alharaca!

Y así danza el cubanito,
lo acompaña un bongó.
¡Caramba, que tiene ritmo
para el mambo y el danzón!

Al compás de un bandoneón
otros bien bailan el tango,
hermano de la milonga
y pariente del fandango.

En la pampa el gauchito
zapatea un malambo.
Siguiendo el ritmo del bombo
¡A veces se cae al fango!

Conga, cumbia y merengue,
rumba, samba y fandango,
candombe, tango, y milonga
¡y a no olvidarse del mambo!

Todos vecinos del Congo
¡Son bailes de mucho rango!

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